Pastoral Message from Bishop Curry Regarding the Sierra Pacific Synod
Friday, June 3, 2022
Dear siblings in Christ,
I write to you today, on the eve of our Metropolitan Chicago Synod Assembly, with a troubled spirit. Many of you may be aware of the painful controversy involving the Sierra Pacific Synod.
Earlier this year, Presiding Bishop Elizabeth Eaton convened a Listening Team to review the interactions of Sierra Pacific Synod Bishop Megan Rohrer (who uses pronouns like they/them and he/him) with Misión Latina Luterana in Stockton, California, following the removal of their pastor on December 12, 2021, the Feast Day of Our Lady of Guadalupe.
In the months since this traumatic event, the pastor of the congregation was removed from the roster of the ELCA by Bishop Rohrer and the Sierra Pacific Synod Council when his On Leave From Call application was not considered; and Misión Latina Luterana, formerly a synodically authorized worshiping community, has re-gathered, outside of the ELCA, as Iglesia Luterana Santa María Peregrina, a “pilgrim” (peregrina) congregation in exile. Our own synod’s Latinx Strategy Team wrote a letter of lament, which was published in the March 2022 issue of Metro Word (read here, p. 4-5).
The aim of the Listening Team, convened in March 2022, was to interview witnesses, listen deeply, and ultimately make recommendations to Bishop Eaton on a path forward. Last Friday, May 27, Bishop Eaton released her own summary statement, indicating that while she would not pursue formal disciplinary charges against Bishop Rohrer, she was publicly requesting their resignation.
Over the weekend, a statement from the Listening Team was made public, asserting that Bishop Eaton’s statement failed to adequately represent their original report (which has since been made public), which both named specific instances of racism surrounding the events of December 12 and recommended that formal charges be brought against Bishop Rohrer, based on the disciplinary guidelines of this church. Additionally, the Latino Ministries Association and partner organizations of the ELCA released their public own response, strongly criticizing Bishop Eaton’s decision.
Regardless of the final outcome in the Sierra Pacific Synod, we acknowledge the deep pain and anger that these events have caused for our Latinx siblings, both in the Sierra Pacific Synod and in the wider church. We stand in solidarity with our Latinx siblings, and their lament is our lament as part of the one suffering body of Christ.
It is clear that the ELCA continues to be plagued by the deep structures and collective attitudes of systemic racism. Although the Presiding Bishop’s statement omits specific references to the racial component of this controversy, in this synod it is especially important to own and address the racist underpinnings that are present here.
In keeping with the commitment of the Metropolitan Chicago Synod to diversity, inclusion, and belonging, I am calling on congregations and leaders of this synod to renew our commitment to working on the persistent problem of systemic racism in our church, and I pledge to do the same.
This July, you will receive an invitation from the synod office to participate, engage, and act on the challenges and opportunities that are facing our wider church and here in our own backyard. I acknowledge that we are all at different points on this journey, but I pray you will join us wherever you are. At this assembly, please participate in the mapping survey which will help us understand our collective starting point. In the fall, we will plan to gather together to further this work.
In the meantime, please pray for this church: for Bishop Megan Rohrer and the Sierra Pacific Synod; for Presiding Bishop Elizabeth Eaton, the Churchwide office, and the whole Conference of Bishops; for our Latinx members, pastors, and deacons. May we continue to live into our baptismal calling of striving for peace and justice in our communities, in our church, and in all the earth.
Faithfully,
The Rev. Yehiel Curry
Bishop, Metropolitan Chicago Synod, ELCA
Un Mensaje Pastoral del Obispo Curry sobre el Sínodo del Sierra Pacífico
viernes, 3 de junio de 2022
Queridos/as hermanos/as en Cristo,
Les escribo hoy, en vísperas de nuestra Asamblea del Sínodo Metropolitano de Chicago, con un espíritu atribulado. Muchos de ustedes pueden estar al tanto de la dolorosa controversia en el Sínodo de la Sierra Pacífico.
A principios de este año, la Obispa Presidenta Elizabeth Eaton convocó un Equipo de Escucha para revisar las interacciones del Obispe Megan Rohrer del Sínodo del Sierra Pacífico (que usa pronombres como ellos) con Misión Latina Luterana en Stockton, California, luego de la destitución de su pastor el 12 de diciembre, 2021, Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe.
En los meses transcurridos desde este evento traumático, el pastor de la congregación fue eliminado de la lista de la ELCA por el Obispe Rohrer y el Consejo del Sínodo de Sierra Pacifico cuando no se consideró su solicitud de un permiso de llamado; y Misión Latina Luterana, anteriormente una misión (comunidad de culto autorizada sinodalmente), se ha vuelto a reunir, fuera de la ELCA, como Iglesia Luterana Santa María Peregrina, una congregación peregrina en el exilio. El equipo de la Estrategia Latina de nuestro propio sínodo escribió una carta de lamento, que se publicó en la edición de marzo de 2022 de Metro Word (lea aquí, p. 5-6).
El objetivo del Equipo de Escucha, convocado en marzo de 2022, fue de entrevistar a testigos, escuchar profundamente y, en última instancia, hacer recomendaciones a la Obispa Eaton sobre el camino a seguir. El viernes pasado, 27 de mayo, la Obispa Eaton emitió su propia declaración resumida, indicando que si bien no presentaría cargos disciplinarios formales contra el Obispe Rohrer, estaba solicitando públicamente su renuncia.
Durante el fin de semana, se hizo pública una declaración del Equipo de Escucha, afirmando que la declaración de la Obispa Eaton no representó adecuadamente su informe original (que desde entonces se hizo público), que nombraba instancias específicas de racismo en torno a los eventos del 12 de diciembre y recomendaba que se presenten cargos formales contra el Obispe Rohrer, con base en las pautas disciplinarias de esta iglesia. Además, la Asociación de Ministerios Latinos y las organizaciones asociadas de la ELCA publicaron su propia respuesta pública, criticando fuertemente la decisión de la Obispa Eaton.
Independientemente del resultado final en el Sínodo de la Sierra Pacífico, reconocemos el profundo dolor y la ira que estos eventos han causado en nuestros/as hermanos/as latinos/as, tanto en el Sínodo de la Sierra del Pacífico como en la iglesia en general. Nos solidarizamos con nuestros/as hermanos/as Latinos/as, y su lamento es nuestro lamento como parte del cuerpo sufriente de Cristo.
Está claro que la ELCA sigue estando plagada de estructuras profundas y actitudes colectivas del racismo sistémico. Aunque la declaración de la Obispa Presidenta omite referencias específicas al componente racial de esta controversia, en este sínodo es especialmente importante reconocer y abordar los fundamentos racistas que están presentes aquí.
De acuerdo con el compromiso del Sínodo Metropolitano de Chicago con la diversidad, la inclusión y la pertenencia, hago un llamado a las congregaciones y líderes de este sínodo para que renueven nuestro compromiso de trabajar en el problema persistente del racismo sistémico en nuestra iglesia, y me comprometo a hacer lo mismo.
Este julio, recibirá una invitación de la oficina del sínodo para participar, involucrarse y actuar en los desafíos y oportunidades que enfrenta nuestra iglesia en general y aquí en nuestra casa. Reconozco que todos estamos en diferentes puntos de este viaje, pero rezo para que se una a nosotros dondequiera que esté. En esta asamblea, favor de participar en la encuesta de mapeo que nos ayudará a comprender nuestro punto de partida colectivo. En el otoño, planearemos reunirnos para promover este trabajo.
Mientras tanto, oren por esta iglesia: por el Obispe Megan Rohrer y el Sínodo de Sierra Pacifico; por la Obispa Presidenta Elizabeth Eaton, la oficina de la Iglesia Nacional y toda la Conferencia de Obispos; para nuestros miembros, pastores y diáconos latinos. Que podamos continuar viviendo en nuestro llamado bautismal de luchar por la paz y la justicia en nuestras comunidades, en nuestra iglesia y en toda la tierra.
Fielmente,
El Rvdo. Yehiel Curry
Obispo, Sínodo Metropolitano de Chicago, ELCA